Cómo rentabilizar la Innovación La producción y el trabajo deben estar asociados a la innovación, sin embargo no todas las empresas cuentan con recursos económicos suficientes para hacer frente a las demandas del mercado y al crecimiento de la competencia. Las nuevas tecnologías están influyendo en la conformación del personal, en el surgimiento de nuevas áreas de negocio, nuevos perfiles profesionales; en nuevas formas de trabajo. El avance tecnológico esta reorganizando el tejido empresarial, los organigramas empresariales están cambiando, vivimos divisiones o agrupaciones de Pymes en función de necesidades concretas, incluso las vías para promocionar productos y servicios no son las mismas que a inicios del siglo XXI. El impacto que tiene este amplio conjunto de tecnologías innovadoras en el contenido y forma de los productos y servicios ha modificado sustancialmente los parámetros de la competitividad mundial. Y en este nuevo escenario, la investigación aplicada, el desarrollo tecnológico y la formación de cuadros profesionales y técnicos de alto nivel y constantemente actualizados, adquieren un papel vital en el desempeño productivo de cualquier país. La aplicación de las nuevas tecnologías no conlleva necesariamente a una reducción drástica de puestos de trabajo, ni tampoco la creación masiva de otros. De hecho, la aplicación de las nuevas tecnologías no afecta de manera general el grado de ocupación de un país, sino que implica, sobre todo, cambios en su estructura organizativa y ocupacional. Actualmente, en la competencia entre los bloques económicos, la educación y los conocimientos, juegan un papel relevante, en tanto las nuevas industrias dependen más de la organización del conocimiento y las competencias de sus recursos humanos, que de los recursos naturales, el territorio o la materia prima. Estamos en el pasaje de una etapa industrial a otra dominada por la información, en un contexto de vertiginosos cambios y transformaciones, con la agudización de la problemática del desempleo, con nuevas calificaciones que demandan los cambios tecnológicos y organizacionales, exigencias respecto al servicio y la calidad, en contextos de incertidumbre. Tal como plantea A. Gallart, el foco de atención se traslada de las calificaciones a las competencias, entendidas como conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que se ponen en juego para resolver situaciones concretas de trabajo. Por ello los cambios las pondrán constantemente a prueba y necesitaremos de una adaptación continúa, que nos permita rentabilizar las nuevas necesidades del trabajo, con un aumento en nuestra profesionalidad y flexibilidad. Cómo podemos vivir con éxito estas transformaciones? Cómo podemos adquirir nuevas herramientas y estilos de trabajo que conduzcan a rentabilizar la Innovación? La base de las respuestas a estas preguntas, está en adaptar, reciclar y potenciar a las demandas, los recursos humanos y materiales que tenemos y por tanto conocemos, para afrontar tanto el presente como en el futuro.